Henry Dunant (1.828-1910) fue el primer impulsor de la idea y fundador de la Cruz Roja, en el año 1864, y el que dio origen y sentido a la organización: crear un principio internacional aceptado por todos los países, que permitiera el alivio del sufrimiento humano de los heridos gracias a la acción de sociedades de socorro formadas por voluntarios.
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja tiene entre sus objetivos velar por el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario.
Cruz Roja está hoy implantada en 171 países y cuenta con más de 280 millones de adheridos en los cinco continentes.
Su lema : “Con todos y en todas partes” es una fructífera realidad al servicio del género humano y de la paz entre las naciones.


Cruz Roja Española se fundó en 1864.

Sus primeras actuaciones se ciñeron al terreno de la ayuda humanitaria en conflictos como el franco-prusiano (1870) y el carlista (1872), destacando, sin embargo, sobremanera su papel en la evacuación de Cuba, Filipinas y Puerto Rico (200.000 evacuados entre 1897 y 1900)
La época de más trascendencia social se centra a partir de los años 1960, con la implantación de una red de puestos de socorro en carretera y luego en playas como servicio preventivo.
Los años 1970 y 1980 sirven para ampliar el abanico de actividades al campo social. A mediados de los años 1980 se impulsa una importante reorganización interna, con la apertura de canales de participación democrática en los órganos de dirección.
Cruz Roja Española se configura, hoy en día, como una institución benéfica-privada auxiliar y colaboradora de las Administraciones Públicas y que obtiene una parte significativa de sus ingresos por medio de acuerdos con diversos Organismos Públicos y subvenciones, lo que le permite prestar atención a cerca de 4 millones de personas.

Cruz Roja Española en Asturias se constituye en el año 1874, gracias al impulso inicial de un reducido grupo compuesto por personas relacionadas en su mayoría con la medicina y las leyes, políticamente muy plural, ocupando la primera presidencia de la Comisión Provincial Miguel de Vereterra y Carreño, de profesión abogado, que desempeño entre otros cargos, los de Diputado provincial a Cortes y Gobernador Civil. En el mismo año se constituyen subcomisiones de distrito en las localidades de Gijón, Pola de Laviana, San Martín del Rey Aurelio.
"Son nuestros hermanos los que imploran nuestros auxilios y todo el que siente como propias las desgracias del prójimo, debe procurar mitigarlas en lo que de él dependa; pero la caridad individual buena y bastante cuando de remediar necesidades ordinarias se trata, no es suficiente cuando como hoy la desgracia es nacional y a todos más o menos alcanza".
(Extracto del primer documento hecho público en 1874 por la Comisión Provincial.)